Mientras la moneda norteamericana está a punto de superar los $8, se limita el acceso a la divisa para «empatar» la cifra que ingresa por exportaciones.

Con el objetivo de disminuir al mínimo indispensable la salida de reservas, el Banco Central (BCRA) controla con lupa el mercado mayorista del dólar, en particular en lo referido al sector importador.
Esta vigilancia logró que el mes pasado la entrada de divisas de exportadores prácticamente empatara la salida de dólares por importaciones, y dejó un superávit comercial de sólo u$s44 millones.
Bajo la mirada de la autoridad monetaria, el dólar arranca esta semana en $7,973, tras subir 0,9% en la semana y acumular un avance de 1,25% en el mes. De mantener ese ritmo, debería superar los $8 por segunda vez en el año esta misma semana.

Tras devaluar el peso 18% durante el mes de enero y perder u$s2.800 millones de reservas en el mismo período, el titular del organismo, Juan Carlos Fábrega armó un mecanismo a medida de los exportadores para cortar con la sangría de reservas: con tasas por encima del 25% y contratos a futuros deprimidos, la liquidación de divisas de exportadores llegó a niveles similares a los de la época de cosecha.

Este martes la Cámara de la Industria Aceitera-Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC) dará a conocer las cifras de ingreso de divisas de la semana pasada. Los datos hasta el 14 de marzo muestran que los exportadores de granos y oleaginosas están ingresando al mercado cambiario cerca de u$s100 millones por día, que el BCRA raciona como en tiempos de guerra, según adelantó el diario El Cronista.

«“Entran no menos de u$s80 millones por día de exportadores, un número saludable, y ahí el Central empieza a decidir quién compra y quién no. Las primeras dos horas de operaciones de cada día se pierden en llamadas del BCRA a las mesas”», contó un corredor cambiario al matutino.
La consigna es que no se compre un sólo dólar más de los que entran, por lo que los importadores se ven obligados a esperar varias ruedas para concretar sus operaciones.
El dólar avanzó 23% en enero, sólo para caer 1,8% el mes siguiente. La meseta que formó el precio del dólar tras la gran devaluación se consiguió a fuerza de estímulos para ingresar divisas y normas (la comunicación “A” 5536 del 4 de febrero, que puso un tope de 30% de exposición a moneda extranjera a un sistema financiero que promediaba 62%) que obligaron a vender dólares a los bancos.

El resto del trabajo consistió en trabar las importaciones todo lo posible. Entre las estrategias que empleó Fábrega para este fin estuvo la de poner un máximo a las compras por más de u$s300.000, permitir con cuentagotas las otras y priorizar las compras de insumos importados por parte de Pyme que sostengan la mayor cantidad de empleos posible.
También se estimula a los bancos a “»juntar las puntas”»: si tienen un cliente exportador y otro importador, la idea es que le vendan los dólares del primero al segundo sin siquiera pasar por el mercado cambiario, indicó El Cronista.
Desde el punto de vista de los bancos y las mesas de corretaje, el racionamiento es tal que algún banco recibió un llamado en el que se le indicaba que la semana pasada ya había operado bastante, y que no cursara más compras hasta este martes, reveló el matutino.

Pero este “»uno a uno”» para el comercio exterior por el momento alcanzó para limitar la sangría en las arcas del BCRA, no para sumar divisas a las mismas. En marzo perdió u$s 356 millones, tras perder u$s 202 millones en febrero. En el año, caen más de u$s 3.000 millones.

Fuente: Infobae

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