Escrito por El Cronista

El especialista analiza las perspectivas para las pymes y explica por qué las empresas pequeñas tienden a preferir un tipo de cambio levemente mayor que el que piden las medianas. La causa que hace que los industriales prefieran un dólar a $ 11,40.

Economista de Ieral de Fundación Mediterránea, a cargo de Ieral Pyme, Marcos Cohen Arazi conversó con El Cronista y analizó el impacto de los vaivenes macro sobre el sector. Las perspectivas después de octubre.
– ¿Cómo se perfila el año para las pymes argentinas?

En 2014 cayó la actividad general alredor de 2,5%; bajó la actividad industrial 3,6% y mermó el consumo masivo 1,5% en términos reales. En las pymes, la actividad industrial cayó entre 5,5% (CAME) y más de 15% (FOP) y la venta en los comercios bajó 6,3%. Este año, la mayor parte de los pronósticos, incluyendo los del Ieral, anticipan una caída en el nivel general de actividad de entre 1% y 3%. La inflación, en torno a 30%, implicará un ingrediente perjudicial para el desarrollo de la actividad.

– ¿Qué temas dominan la agenda?

Según resultados preliminares de un relevamiento de IeralPyme, los principales aspectos que preocupan a las pymes afectan a toda la economía: inflación, presión tributaria, elevados costos laborales e incertidumbre macroeconómica. En un segundo escalón, el atraso cambiario y los problemas para acceder a financiamiento, que afecta a las firmas en proporción inversa a su tamaño.

– ¿Cuáles son los sectores más golpeados y los mejor parados?

Una forma de ver la situación relativa de las pymes es analizar la caída acumulada en sus ventas al mercado interno, que repercute en menos inversión, por el escaso acceso al crédito, y afectan la sostenibilidad de estos negocios. En 2012-2014, los comercios pyme (que venden productos similares a los de los super) acumularon una caída en las cantidades vendidas del 8% (CAME), el peor registro para el segmento de 2003 a 2014. Los rubros con menores caídas son: Marroquinería (-3,8%), Alimentos y Bebidas (-4,1%), Indumentaria (-5,8%), Calzado (-6,7%). Los que acumulan mayores mermas en 2012-2014: Neumáticos (-14,5%), Amoblamientos (-10%), Textil-Blanco (-8,6%), Electrodomésticos (-7,5%).

– ¿Cómo analiza el presente de las economías regionales?

Según Ieral-Cuyo, la mayor parte de los productos regionales exportables tienen importantes caídas en la rentabilidad en los últimos años, considerando el efecto de variaciones de precios internacionales, tipo de cambio y evolución de los costos internos. En ese marco, las exportaciones de pymes manifiestan un estancamiento desde 2008, con una tendencia levemente decreciente desde 2011; y, mientras en 2007 las grandes empresas exportadoras enviaban 62 veces lo que una pyme, en 2013 la relación elevó a 80 veces (calculado con cifras de CERA).

– ¿Cómo recuperar competitividad?

Hay aspectos de la política económica que afectan la competitividad más directamente y son transversales a la economía: los impuestos que impactan sobre la rentabilidad de la exportación, atraso cambiario e inflación, falta de financiamiento competitivo, altos costos de logística y problemas para importar insumos críticos. Se destaca la necesidad de atender a las limitaciones de las pymes en estos aspectos: sufren la complejidad del sistema tributario y legal (altos costos de cumplimiento), tienen menos recursos para invertir en una estrategia de exportación, en entornos inflacionarios tienen menos poder de negociación con proveedores, menor acceso a fuentes de financiamiento, menores posibilidades de diluir costos fijos, tienen atención gubernamental para el ingreso de importaciones siendo que las pymes que exportan son las que más insumos importados requieren.

– ¿Y cómo ve, particularmente, a las firmas cordobesas?

Según cifras preliminares de la encuesta empresarial de IeralPyme, se percibe un optimismo leve sobre los niveles esperados de ventas este año: cinco de cada 10 mipymes consultadas esperan una mejoría -aunque moderada, y respecto de un 2014 que no fue bueno-. Eso no iría acompañado de una mejora en la rentabilidad, ya que seis de cada 10 empresarios creen que no mejorarán sus márgenes en comparación con el año previo. Y siete de cada 10 piensa que no subirá la cantidad de empleados este año.

– Un alza del dólar oficial, ¿sería un alivio para las exportadoras?

La suba del dólar oficial mejoraría la competitividad de la producción exportable a priori. Sin embargo, a medida que no se acompañe de medidas para moderar la inflación y el eventual impacto de la devaluación en los precios internos, podría tener un efecto efímero sobre la competitividad. Así ocurrió en 2014, cuando el alza del tipo de cambio nominal en enero ya se había diluido por la suba de costos hacia octubre. Ahora se suma el mayor ritmo de devaluación del real, cuyo valor en febrero implica una depreciación de 18% respecto de igual mes en 2014 (con una inflación interna de entre 6% y 7%), situación que continuó agravándose en marzo, mientras que el valor del dólar en la Argentina en el mismo período se incrementó solo 11% (con una inflación local de entre 30% y 40% en el período comparado). Aquí interesa no solo el valor del dólar, sino también su dinámica y la de los precios internos.

– ¿En cuánto debería estar el dólar para que la industria vuelva a ser competitiva?

Cada sector y cada empresa puede tener un valor que le resulte conveniente, pero es difícil armonizar entre sectores y entre otros objetivos de política económica (dólar alto implica salarios bajos). Centrado en la visión que tienen las pymes industriales, las empresas pequeñas tienden a preferir un tipo de cambio levemente mayor que el que piden las medianas. En segundo lugar, según un relevamiento realizado por FOP, las pymes industriales en promedio estimaban un tipo de cambio de $ 10,6 por dólar para realizar adecuadamente sus negocios de exportación. Es un indicador que surge de la opinión de los empresarios pyme. Dado que en ese momento, el dólar oficial cotizaba a $ 8,5, el retraso percibido por las pymes industriales era del 25%. Teniendo en cuenta que la inflación acumulada de octubre a febrero (sobre la base de IPC Congreso) es de 7,5%, si se actualizara el tipo de cambio señalado para compensar la suba general de precios, es probable que las pymes industriales requerirían hoy un dólar a $ 11,4,según la percepción de los empresarios. El retraso implicado, de casi el 31%, explica por qué solo 13% de la facturación de las pymes industriales corresponde a exportaciones.

Fuente: El Cronista

Deja una respuesta