La desaceleración china empieza a ser vista por el FMI como un riesgo mayor para la economía mundial. Pero sus consejos no son homogéneos: a los países centrales, fomentar el crecimiento y el consumo. A los países periféricos, “devaluar”.
El Fondo Monetario Internacional alertó que el freno al crecimiento de China podría tener “repercusiones peores de las previstas” en las economías de otros países. El Wall Street Journal, periódico de Nueva York, adelantó ayer parte de un informe que el Fondo presentará a la reunión de ministros de Finanzas y jefes de bancos centrales de las mayores 20 economías del mundo, que comenzó este jueves en Ankara (Turquía). El FMI evalúa que la situación en China, sumada a otras condiciones negativas del contexto internacional, pueden llevar a “una perspectiva mucho más débil” de la economía global si las mayores economías del planeta no llevan a cabo una respuesta “coordinada”. Esta perspectiva denota un cambio pesimista en la mirada del mencionado organismo internacional, que hace exactamente un año negaba las perspectivas de desaceleración que entonces ya se planteaban para la mayor economía asiática, y auguraba un crecimiento para este año “muy por encima del 7 por ciento”.
El informe que el FMI difundirá este fin de semana señala diversos factores que afectan el crecimiento de la economía mundial. “Son riesgos que apuntan a la baja, y si algunos de ellos se diesen de forma simultánea, podría suponer una perspectiva mucho más débil. Se requiere una acción política conjunta y fuerte para aumentar el crecimiento y mitigar los riesgos”, recomienda el organismo que encabeza Christine Lagarde.
En función de dicha situación, el Fondo urge a los países desarrollados a mantener políticas monetarias expansivas y programas de fomento del crecimiento, a través de políticas fiscales y sobre el consumo. En cambio, para los países en vías de desarrollo, aconseja adoptar políticas que alentarían su vinculación con el mercado mundial, pero que tendrían impacto negativo sobre su consumo interno. Según el Fondo, estos países deberían “permitir que sus divisas se devalúen sustancialmente” para así fomentar las exportaciones.
Los países exportadores de materias primas, entre ellos varios de Latinoamérica, están sintiendo el impacto de la caída en los precios de referencia mundiales de los últimos meses. El deslizamiento es adjudicado, por los analistas de los países centrales, a la desaceleración de la demanda china, aunque las operaciones financieras especulativas sobre estos mercados son determinantes para definir los precios. Las políticas de fortalecimiento del dólar que instrumenta Estados Unidos parecieran tener más que ver con la caída de estos precios que lo que habitualmente se le atribuye.
Un año atrás, en septiembre de 2014, el Fondo Monetario anticipaba que la economía de China crecería en 2015 “más rápido que lo previsto”, restándole importancia a los riesgos de un enfriamiento en el mercado inmobiliario que, por entonces, se percibían. “El crecimiento económico de China probablemente estará muy por encima del 7 por ciento el próximo año (en referencia a 2015)”, decía hace hoy doce meses el director del Departamento de Asia y el Pacífico del FMI, Changyong Rhee, en una conferencia de prensa en Manila (Filipinas). “Creemos que tienen muchas herramientas para mantener la tasa de crecimiento muy por encima del 7 por ciento” en 2015, auguraba Rhee.