A última hora de anoche, se negociaba un arreglo que llenaba de alivio a los hombres de negocios. Esperan ahora que se destraben créditos del exterior y mejore clima.
Aliviados, los empresarios comenzaron a festejar anoche la noticia que comenzó a circular en los pasillos oficiales y los bancos de que el Gobierno se encontraba terminando de pulir el acuerdo con los fondos buitre para evitar hoy el default. Si bien se esperaba un anuncio a última hora desde Nueva York donde el equipo económico y el mediador Daniel Pollack avanzaban con la negociación, al cierre de esta edición aún se esperaban novedades. De todos modos, desde el sector privado festejaron por anticipado y respiraron tranquilos de que no habrá un agravamiento de la recesión.
La psicosis generada a partir de la posibilidad de que la Argentina entrara hoy en default generó no sólo expectativas negativas sobre el rumbo que tomaría la economía en un contexto más restrictivo en materia financiera, sino que también tuvo impactos concretos en operaciones que quedaron a la espera de una definición en torno a la cesación o no de pagos de la deuda. Existía para los empresarios un default fáctico, coinciden los hombres de negocios.
Cualquiera sea el nombre que se le dé, ir a un default iba a tener serias repercusiones internas, desde el punto de vista económico, de acceso al crédito, para la importación de insumos. Nos iba a llevar a un segundo semestre peor del que se prevé, que ya es delicado, manifestó el vicepresidente de la UIA y titular de la Coordinadora de Industrias de Productos Alimenticios (Copal), Daniel Funes de Rioja. Además, afirmó que existía la sensación de que se venía el frío y muchos empresarios ya estaban planeando políticas de restricción de operaciones, como por ejemplo compra de maquinaria. Ante ese escenario de default, que con los días se había vuelto cada vez más factible, el establishment buscó tener la menor exposición en dólares posible por los riesgos que implicaba. Tampoco el Gobierno está habilitando libremente la compra de divisas, por lo que frente a este contexto, los empresarios prefirieron esperar. A partir de un acuerdo, y alejados los fantasmas del default, volverán a planificar sus decisiones d inversión y también habrá mayores facilidades de crédito.
Siempre pensé que la tensión que se generaba era parte de la estrategia y que era lógico el desenlace porque un arreglo les conviene a todos, disparó el secretario de la UIA y diputado por el Frente Renovador, José Ignacio de Mendiguren. Sobre el acuerdo, el empresario se mostró satisfecho porque, si el país entraba en default, se complicaba el frente externo, la falta de dólares debilitaba las reservas, iba a haber menos importaciones, suba de tasas y una mayor brecha cambiaria. Todo se volvía complejo. De Mendiguren se mostró contento con el arreglo, aunque no dejó de mencionar que ahora hay que poner las energías en resolver los problemas que existen desde antes del probable default.
A su turno, el gerente de la Cámara de Importadores de la Argentina (CIRA), Miguel Ponce, espera que desde la perspectiva del comercio exterior el arreglo vuelva a colocar al país en la senda del retorno a los mercados internacionales de crédito y que la balanza comercial deje de ser la única fuente genuina de divisas. En esta línea, desea una normalización de la aprobación de las DJAI demoradas para mejorar el abastecimiento de tantas pymes que esperan soluciones.
El presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), Gustavo Weiss, aplaudió el acuerdo porque más allá de que lidera un sector que tiene poca vinculación con el sistema financiero internacional, con un default se habría visto afectado, como todos los rubros, a partir del agravamiento de la economía. Me preocupaban las expectativas intangibles de la economía; el arreglo ayuda a transitar mejor los próximos meses, señaló Weiss.
También se refirió al arreglo con los holdouts el titular de la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires (UIPBA), Osvaldo Rial, quien apostó a que la salida fortalecerá las inversiones.
Fuente: El Cronista Comercial