Empresarios consultados por iProfesional.com confirmaron que los plazos, lejos de normalizarse, se estiraron. Fuertes críticas a las medidas oficiales

Por Juan Diego Wasilevsky
El «incendio» que se había generado por la fuerte demanda de dólares por parte de ahorristas y empresas derivó en intensos controles por parte de la AFIP.

Y, según estimaciones de la consultora Econométrica, las medidas cambiarias oficiales habrían permitido bajar la salida de capitales a la mitad.

Así, la formación de activos externos por parte del sector privado se habría ubicado en cerca de u$s2.000 millones en noviembre, frente a los más de u$s4.000 millones de octubre.

A esto se sumó otro dato relativamente positivo y es que el mes pasado el déficit comercial con Brasil fue de tan sólo u$s413 millones, un 8% más bajo que en el mismo período del año pasado.

De esta manera, en el Gobierno se ilusionan con que la balanza comercial supere cómodamente los u$s10.000 millones.

Se trataría de una cifra que traería un poco de alivio entre los funcionarios, considerando que meses atrás, las proyecciones privadas llegaron a estimar que el saldo se iba a ubicar por debajo de los u$s8.000 millones.

Si a esto se suma que la semana pasada comenzaron a llegar al país los dólares por exportaciones de empresas mineras y petroleras, además de las divisas de compañías aseguradoras que debieron repatriar fondos, la tensión cambiaria, si bien no está superada, luciría más descomprimida para el Gobierno.

Sin embargo, desde Econométrica alertaron que «el anhelo de dolarización del sector privado está tan vigente como antes, sino más», por lo que el deterioro externo continúa fomentando la salida de capitales ante una economía expuesta a la crisis internacional.

Si a esto se suma la incertidumbre por el precio de la soja, inmerso en una altísima volatilidad y con riesgos concretos de que la tonelada de la oleaginosa perfore el piso psicológico de los u$s400 la tonelada, el Gobierno está lejos de flexibilizar los controles, ya sea en la city porteña como a través de la «marcación cuerpo a cuerpo» que viene ejerciendo sobre las empresas radicadas en el país.

En este contexto, desde hace algunas semanas, el Ejecutivo viene sellando acuerdos, principalmente con empresas automotrices, para que éstas no realicen giros de divisas al exterior al menos hasta concluido el 2012.

Gracias a estos «convenios de buena voluntad», ya se aseguró que más de u$s600 millones permanezcan dentro de las fronteras nacionales.

Sin embargo, la avanzada continuó con las firmas importadoras. Y la orden que partió desde el Ejecutivo fue clara: retrasar el envío de divisas al exterior, posponiendo compras fueras del país, para garantizar el mayor flujo de dólares posibles en la city.

Esto había tomado estado público a principios de noviembre. En un primer momento, los «telefonazos» que partieron de los despachos del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y de la ministra de Industria, Débora Giorgi, exigían que los directivos «pateen» los pagos de las importaciones «por un par de semanas».

La orden concreta fue la de evitar realizar giros de divisas al exterior hasta el 25 de noviembre.

Sin embargo, los llamados a los hombres de negocios, lejos de frenarse, continuaron. Y de esa fecha se pasó al 30 de noviembre, es decir, un plazo que debería haber finalizado el miércoles pasado.

Pese a que desde el Gobierno les aseguraron a estos empresarios que era una medida extraordinaria y que en cuestión de días podrían volver a operar normalmente, diversas fuentes consultadas por este medio aseguraron que las exigencias oficiales para demorar los pagos de importaciones están a la orden del día y que ahora el horizonte que se maneja es el de mediados de diciembre.

En efecto, en el marco del cocktail de fin de año que tradicionalmente organiza la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA), se pudieron ver algunas caras largas y rostros de preocupación, especialmente tras las recientes declaraciones que hiciera la presidenta Cristina Kirchner quien, en la Convención Anual de la Construcción (CAC), afirmó que «es necesario no depender de la importación. Por eso no queremos importar ni un clavo y queremos que sea todo producto argentino».

«Algunos empresarios recibieron nuevos llamados y les pidieron que aguantaran unos 5 o 10 días más y no enviaran dólares al exterior para pagar importaciones», alertó uno de los directivos de la CIRA, que pidió estricto off the record.

Incluso, en el encuentro, otro empresario que pidió absoluta reserva de identidad, aseguró que una cadena de hipermercados no podía pagar ni una sola operación de compras en el exterior al menos hasta el 10 de diciembre, es decir, un plazo que se estaría excediendo considerablemente de aquel 25 de noviembre fijado en un inicio como fecha tope.

Sin embargo, existen casos puntuales en los que la orden oficial de no sacar un billete verde del país va mucho más allá.

En este sentido, el director de una empresa de primera línea vinculada con bienes de consumo y que participó del encuentro de la CIRA y pidió estricto off the record, alertó que «en nuestro caso, directamente nos pidieron que les entreguemos un cronograma con el flujo de importaciones pensado para los próximos dos meses».

«Y hace unos días nos llegó la orden de que no debíamos girar dólares al menos hasta el 15 de diciembre», disparó con bronca el hombre de negocios.

El empresario explicó que, como siempre sucede en estos casos, «este pedido no está sustentado en ninguna normativa, sino que son todas exigencias verbales, pero que no nos queda más remedio que cumplir».

Incluso, se quejó de que, en su caso en particular, «importamos muchos componentes y piezas para fabricar localmente. Pareciera que no importa a qué se dedica cada empresa. Lo importante es que les alcancen los dólares».

Un año récord… de conflictos
En el marco del encuentro, que tuvo lugar en el Palacio San Miguel, el presidente de la CIRA, Diego Pérez Santisteban, aseguró que «el comercio exterior tiene un lugar secundario en la agenda oficial. La prioridad pasa por tener un balance positivo tanto de la cuenta fiscal como externa. Entonces, todas las políticas se vinculan con desalentar las importaciones».

Acto seguido, el dirigente empresario se refirió, en una rueda de prensa, a la controvertida frase de la presidenta Cristina Kirchner y «el clavo».

«A mí el aplauso que recibió -tras estas expresiones- me llamó la atención. Si hubiese sido en la Unión Industrial Argentina lo habría entendido. Pero a los señores que hacen rutas, puentes y puertos les pregunto ¿con qué maquinaria trabajan? ¿Con bienes de capital nacionales? No, prácticamente todos son importados», disparó Santisteban.
De este modo, aseguró que «este tipo de mensajes genera confusión».

En este contexto, concluyó que «este año será récord de importaciones, pero también tuvimos récord de dificultades para importar»

Al respecto, aseguró que las compras al mundo este año terminarán en cerca de u$s74.000 millones, unos u$s17.000 millones más que el anterior récord, de 2008.

De ese total, Santisteban destacó que «el 82% va a la producción y 7% son autos. Queda un 11%. Entonces, a la hora de recortar las importaciones, ¿en qué parte achicás? Queda muy poco margen. Más aun en un país que crece al 8%».

«Decir que no quieren que se importe ni un clavo, ¿no fue como una suerte de declaración de guerra?», preguntó iProfesional.com, a lo que el dirigente respondió: «Las declaraciones que hacen los mandatarios, y la Presidenta no es la excepción, no son declaraciones que van al detalle, sino que apunta a los grandes lineamientos, a los objetivos. Son expresiones de deseos, para tratar de impulsar voluntades».

«Cuando la Presidenta dijo que no quiere que se importe un clavo, creo que trata de decir `señores, los que tengan capacidad de producir en el país, pónganse las pilas para reemplazar todas las importaciones que podamos`», graficó.

Por último, Santisteban se refirió al inminente fin del ciclo de Guillermo Moreno al frente de la Secretaría de Comercio Interior: Cristina Kirchner «lo considera un elemento muy valioso y no lo va a dejar ir. No creo que lo saque abrupta ni definitivamente. Incluso, estimo que va a seguir teniendo algún rol vinculado con el comercio exterior».

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