Los países de América latina no se sumaron al reclamo que encabezó Estados Unidos. México fue la excepción, denunciado a su vez por Argentina por no cumplir el acuerdo automotor.

Por Javier Lewkowicz

La Organización Mundial de Comercio (OMC) dio a conocer la queja que Estados Unidos, la Unión Europea y otros 12 miembros realizaron de manera informal a la política de administración de comercio que aplica la Argentina, y brindó más detalles sobre cómo se dio la mencionada reunión del Consejo de Mercancías. Tal como indicó a este diario el canciller Héctor Timerman, la declaración en conjunto fue impulsada por el gobierno de Barack Obama. El apoyo de México se debió a la negativa argentina de desistir de su intención de denunciar el acuerdo bilateral automotor. Otros países de la región y China expresaron en el cónclave su malestar, pero no adhirieron al comunicado. En el Gobierno recuerdan que Estados Unidos reclama desde 2008 en la OMC por la política comercial argentina e insisten en la lectura política de la situación.

El título del comunicado oficial de la OMC ya es sugestivo. “Más miembros instan a la Argentina a levantar las medidas en materia de licencias de importación”, comienza, sin aclarar quiénes ya habían hecho sus reclamos. La declaración conjunta relata que desde 2008 Argentina amplió el universo de posiciones arancelarias sujetas a las licencias no automáticas de importación, mientras que en enero de este año se anunció el comienzo de las declaraciones juradas anticipadas. “Reclamaron que la Argentina remueva estas restricciones”, indica la OMC. Agrega que México dijo que se unía a la declaración conjunta porque las medidas argentinas estaban teniendo serio impacto sobre sus exportadores. En realidad, las autoridades mexicanas ofrecieron a los funcionarios de Cancillería no firmar el documento si Argentina desistía de denunciar el acuerdo automotor binacional, uno de los frentes conflictivos del área comercial.

La OMC relata otros aspectos de la reunión. “China dijo que esperaba que las medidas fueran sólo temporales, ya que afecta a un gran número de sus exportadores”, indica, y detalla que Chile, Colombia, Perú, Singapur, Malasia y Hong Kong también “manifestaron preocupación”. Sin embargo, esos países decidieron no firmar el documento y en cambio continuar negociando con Argentina en forma bilateral, lo que constituye un gesto político favorable al gobierno nacional. Argentina rechazó la declaración de los 14 miembros de la OMC, sostuvo que las medidas eran legítimas, que ya había respondido los cuestionamientos en reuniones previas y que las importaciones en 2011 fueron las que más crecieron del G-20.

Fuentes oficiales indicaron que Estados Unidos reclama a la Argentina en la OMC desde 2008. Una de las hipótesis que se baraja de por qué no inició aún una presentación formal en el Consejo de Mercancías es que su departamento de legales estaría abocado a los casos contra China, sumado a que no resulta sencillo probar el daño supuestamente causado por Argentina, ya que son medidas legítimas que, según su visión, se habrían usado en forma desmedida. Por ejemplo, licencias no automáticas cuyo trámite de aprobación excede los 60 días que como máximo establece la OMC.

Cabe resaltar que la queja contra Argentina no fue tema excluyente en la reunión, aunque se destaque por ser un texto firmado en conjunto. Australia reiteró, junto a Corea, la Unión Europea, Canadá, Estados Unidos, Japón, Hong Kong y China su preocupación por el aumento impositivo para los productos importados que Brasil introdujo en el sector automotor. Estados Unidos, con el apoyo de Canadá y Japón, también se dirigió a Ecuador por subas arancelarias en calzado y textiles. El país sudamericano recibió apoyo de Cuba y Venezuela. Además, Corea apuntó a China, Taipei y la Unión Europea, Noruega, Estados Unidos y Suiza, contra Ucrania.

Los miembros de la OMC demandaron a Estados Unidos 114 veces, a la Unión Europea 70 veces y a la Argentina en 17 oportunidades, aunque ninguno de esos casos locales está abierto en la actualidad. El dato sobre las demandas que recaen sobre las economías centrales es resaltado por Cancillería, para mostrar que la política comercial “no es un invento argentino”. De todos modos, las restricciones aplicadas por esos países, por ejemplo en limones y carne argentinos hacia Estados Unidos, no quita que la relevancia de la comparación entre el número de casos presentados sea relativa, ya que el tamaño de esos mercados es mucho mayor que el argentino.

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