Es por los trámites que dificultan las importaciones. Negociación en puerta.
Los términos “preocupación”, “represalia” y “endurecimiento” vuelven a impregnar el lenguaje de los altos funcionarios brasileños. Las causas no difieren de las colisiones bilaterales anteriores; apenas cambia de nombre. Ahora es la medida que exige a los importadores declarar en forma anticipada cuánto planean traer; a la vez que sujeta su aprobación al análisis que realicen la AFIP y la secretaría de Comercio Exterior.En Brasilia sugirieron que al gobierno de Dilma Rousseff se le acabó “la paciencia” política ejercitada en función de las presidenciales de octubre último. De modo que si comprueban “daños” a los exportadores brasileños, pondrán en marcha un contragolpe.
Pero antes de llegar a esa instancia Fernando Pimentel, el jefe del Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio, pretende tratar el asunto en reuniones previstas para fines de enero y principios de febrero.
Quienes utilizan esa terminología drástica, los colaboradores de Pimentel, afirman también que se encuentran abocados a realizar gestiones.
“Estamos en un proceso de evaluación del impacto de la resolución en sectores productivos brasileños” dijeron. Esto revela que, si bien el gobierno de Dilma habla de “endurecer” la autodefensa brasileña, se encuentra con un obstáculo político: el ministro Pimentel, quien fuera cuestionado por presuntas irregularidades, puede dejar en breve el comando del ministerio industrial.
Según indica la prensa brasileña, no estará en ese puesto en el próximo gabinete que debe surgir, en febrero, de una amplia reforma conducida por la jefa de Estado.
Es cierto que hay presiones empresariales.
Y un testimonio fue el comunicado de la Confederación Nacional de la Industria. Dijo que la medida “ es un retroceso más en el Mercosur ” y que “amenaza a las empresas brasileñas”. Sin embargo, hay un dato curioso y es el silencio de un club patronal mucho más poderoso: la Federación de Industrias del Estado de San Pablo (FIESP). Tal vez prefieran adoptar una posición “conciliadora”. Está prevista una cita pero para discutir sobre “complementación de cadenas productivas”, en la esfera de la ministra Débora Giorgi que no incluye a la secretaria de Comercio Exterior Beatriz Paglieri quien, con la batuta de Guillermo Moreno, decide el “muro” contra los importados.
Fuente: iEco/Clarín