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Para argentina, importar no va a ser un asunto nada fácil.

Las exigencias aumentan, mientras los despachos se bloquean, y a los despachantes les gana el estrés.
Alguien está queriendo bajar un mensaje. El dólar, ese objeto de deseo y perdición, que vuelve a encumbrarse en la cima aspiracional del argentino medio cada 10 años, es una moneda de uso virtual. La Aduana está enviando un mensaje, como buena mensajera que es, para el que quiere importar algo a futuro. No va a ser nada fácil (si es que llega a ser una posibilidad).

El mensajero volvió a la práctica informal de proceder según mandatos verbales, bajadas de línea y recomendaciones oficiosas que sumen al perseguido universo del comercio exterior argentino, nuevamente, en el laberinto de la incertidumbre.

Nuevas medidas

Desde hace dos semanas, sobre todo en las aduanas de Buenos Aires y Ezeiza, al presentarse una operación de importación definitiva, la Aduana requiere de la presentación de la copia de la declaración jurada anticipada de importación (DJAI).

La propia resolución 3255 que introdujo el permiso previo para importar (y que se considera a sí mismo, con total desparpajo, un «régimen informativo»), señala que no es necesaria esta presentación ante la Aduana.
Más allá de lo extraño del pedido de la Aduana, en concreto comenzaron a detenerse despachos cuando se verificaba una diferencia entre el valor acusado en la declaración jurada anticipada de importación y el de la destinación documentada. Luego de una gestión del Centro de Despachantes ante la Aduana, se había acordado un «margen de tolerancia», de entre el 4 al 10%. La validez de la DJAI es de seis meses, tiempo en el que el mundo cuerdo puede volverse lo suficientemente loco como para no cuidar sus precios.
No media ahora tolerancia de ningún tipo, y al verificador de aduana le aparece un antipático cartel: instrucción de denuncia.

Dudas

Si bien no trascendieron denuncias, por el momento, lo cierto es que esta diferencia no constituye, en los cabales que quedan en el ámbito aduanero local, una infracción. ¿Sobre qué base, entonces, debe un verificador aduanero proceder a denunciar la inconsistencia entre el valor de la DJAI y la importación documentada?
Irrigar de pánico el sistema nervioso de los despachantes (stress cuyo costo es difícil trasladar) es ya una especialidad de la Aduana, dúctil ejecutora de la obediencia debida.

El curso de los despachos se bloquea. Los expedientes se acumulan y el mensaje es claro: no va a ser nada fácil importar (si es que llega a ser una posibilidad).

Agentes

Por medio de una circular, el Centro de Despachantes de Aduana recomendó un procedimiento como respuesta a los bloqueos de los despachos de importación que presente variaciones con lo declarado en las DJAI, elaborada a partir de reuniones mantenidas con funcionarios aduaneros.

«En aquellas operaciones boqueadas en el ámbito de las aduanas metropolitanas (Buenos Aires y Ezeiza) y que se encuentren verificadas conformes, los asociados deberán dirigirse al punto operativo para concluir con el desaduanamiento. Siempre y cuando las tolerancias aplicadas sean menores al 4%, se liberará la mercadería sin retención de carpeta. En los despachos cuya tolerancia aplicada supere el 4%, la mercadería será liberada, la carpeta será retenida y remitida a la Dirección de Fiscalización de Importación para su análisis», explica el CDA.
Asimismo, agrega que de presentarse inconvenientes similares en el resto de las aduanas, se solicita se informe al Centro de Despachantes «a la brevedad, a efectos de facilitar su pronta solución, ya que el procedimiento mencionado ha sido impartido a todos los administradores de aduanas del país», subraya.

El desafío del superávit

El frente externo sigue siendo motivo de preocupación en Argentina, ya que si bien mantiene un superávit comercial, es bastante menor que el observado el año anterior. Las importaciones alcanzaron en junio los US$ 6.000 millones, 6% menos que en el mismo mes de 2013. La balanza comercial fue 13% mayor que en junio del pasado año, ya que la baja en las exportaciones (3%) fue menor a la de las compras externas. Pero si observamos en conjunto la primera mitad del año, las importaciones están 8% por debajo de enero-junio 2013 y las exportaciones caen 10% en el mismo período. De esa forma, el resultado comercial fue 28% menor para el semestre.

Fuente: El País

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